Soy un conjunto de órganos que hacen funcionar esta máquina sublime que es el cuerpo. Soy alguien que lucha cada día por cambiar una realidad que se revela como algo natural. Soy persona, soy mujer, soy feminista.
Desde muy pequeña mis padres me enseñaron que debo ser modesta, sumisa, abnegada, cariñosa; desde muy joven tuve que aceptar que cualquier idiota se sienta un Dios frente a mí. Pero yo en lugar de admitir este dictamen impuesto por la sociedad, me revelé contra todo lo establecido.
No se nace mujer, se llega a serlo; el género es una cuestión cultural sobre el sexo. No existe una esencia femenina, la cultura hace a la mujer ser lo que es. Vivir en una sociedad patriarcal no solo nos lleva a ser dependientes sino que nos condena a vivir en la inmanencia. La mujer es proyecto, la mujer es un sinfín de posibilidades; dar a luz o amamantar no tiene nada que ver con la realización, es algo natural. Nuestra meta es lograr la emancipación económica y luchar contra esta injusticia impuesta por el patriarcado, nuestro objetivo es unirnos y adoptar una conciencia feminista.
Desde los comienzos la iglesia solo se encargó de hacerme culpable, de reprimirme, de mutilar todo deseo, condenándome a cubrir hasta el cuello para lograr que la sociedad avance y para evitar que el hombre pierda la cabeza. Pero esta decisión absurda que hizo de mí algo insignificante, no solo no evitó que eso pasara sino que hizo del mundo un lugar atravesado por la ignorancia, el dolor y la guerra.
Sin embargo todo eso ya es parte del pasado, hoy las mujeres hemos dejado de ser prisioneras de nuestra especie, hemos logrado el voto y otras libertades civiles. Las mujeres ya no estamos dispuestas a permitir que la sociedad patriarcal nos condene a la opresión y a ser relegadas al segundo sexo.
Esta lucha acaba de comenzar, y no es una venganza contra el género masculino, tampoco es una carrera por recuperar el tiempo perdido; es apenas una luz, un inicio, un despertar que por motivos infantiles la historia nos había negado.
Soy una maquina perfecta, soy persona, soy mujer y soy feminista. Tengo tanto poder como sea capaz de imaginarlo. No vengo a condenar a nadie. Simplemente, quiero vivir en un mundo mejor…
Viva Simone!!
Coincido y me sumo al planteo de Simone. Que todas las mujeres reflexivas como Simone, pueden contar con mi apoyo incondicional. Yo, como varón, hace años que soy feminista, cumpliendo y reclamando el mismo reconocimiento que ella denuncia.