Payasos…

Estamos siendo utilizados; los políticos insisten con hacer crecer la economía y el plan para lograrlo consiste en que nuestro cerebro no se desarrolle; éstos pretenden hacernos creer que somos libres, pero el propósito es condenar al hombre al trabajo y hacer de éste un esclavo del consumo.

El entretenimiento se ha transformado en religión y los encargados de hacernos reír no se dan cuenta que están siendo manipulados: Messi, Ronaldo; los deportistas en general, Hollywood y ese pequeño bastardo que tiene nombre de flatulencia. Todo no es más que diversión y entretenimiento: la música, el teatro, el cine, todo; la televisión, la radio, los periódicos, no son más que comida basura que para lo único que sirven es para hacer que nada cambie.

La clase media ha desaparecido y no hay un profesor que sea capaz de adivinar adonde han ido a parar sus valores. En las universidades más caras insisten con hostigar a las ratas pero, en lugar de encontrar una solución, se marean con sus piruetas. Los roedores revientan y el objetivo se cristaliza.  

Engordamos, y entonces la burbuja nauseabunda en donde se desarrolla esta comedia flaquea, el cáncer se hace cada vez más fuerte pero nadie parece advertirlo. Nadie parece notar que detrás de nuestros ídolos o de esos personajes pestilentes que escriben novela histórica y que juegan a ser artistas se esconde el mal posmoderno: el gigante exhala su aliento putrefacto y la carcajada llega hacia nosotros en forma de pasatiempo, éste escupe su veneno y el cerebro de la humanidad entera se paraliza, el ego triunfa sobre lo humano y el narcisismo prolifera, lo distinto es el objetivo y en ese juego por querer alcanzarlo todos acabamos siendo iguales.

Todos estamos siendo utilizados porque el mundo no es más que un experimento, un acierto de los poderosos que juegan con las emociones; una idea macabra que pone en riesgo nuestra permanencia. Tal vez por eso el silencio de Salinger, quizá por eso el pesimismo de Cioran y la idea del suicidio.

Todos somos parte de este circo romano que hace posible la estupidez, la moral y la ética tal y como la conocemos; la misma ética que, aún hoy, se sigue mostrando inútil ante los problemas que aquejan a los hombres y al planeta. Todos estamos siendo engordados, unos juegan a ser payasos, otros sólo buscan divertirse; y como los peces que habitan en una pecera, estamos convencidos de que ese interior es la única alternativa posible…

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