Empatía…

Hoy el mundo es un lugar fracturado, dividido; un sitio en el que habitan personas que no se conocen y que probablemente nunca vayan a conocerse. Hoy nada de lo que nos rodea tiene que ver con ese estado de bienestar que nos protegía y nos conducía hacia al progreso. Hoy el presente nos enfrenta a un nuevo paradigma, uno que tuvo lugar hace varias décadas y que se inició con una de las frases que ya han ocasionado más muertes que ninguna otra guerra: “No existe la sociedad, tan solo individuos, hombres y mujeres”.

Lo que importa es ir a lo tuyo y mejorar tu posición dentro de la sociedad, lo colectivo es algo pasado de moda y hoy ya no existe ese otro que formaba parte de la comunidad. Se ha perdido esa referencia y a las personas solo les alcanza con comprarse un espejo. El puente que unía a los de arriba con los de abajo se ha roto y, esta ruptura, nos devuelve un paisaje en ruinas. La clase media ha desaparecido y con ella los valores que la sostenían.

Desde este escenario en descomposición, el Neoliberalismo hace su trabajo inyectando violencia al pueblo y entonces la sociedad no se reconoce: por un lado están los que se atrincheran y por el otro los violentos que cargan con el estigma de ser pobres. Desde este universo caótico nada queda en pie y la empatía parece ser la única alternativa. ¿Pero cómo hacer para volver a mirar al otro si durante años solo me preocupé por negarlo? ¿Cómo hacer para confiar si desde que nací me han hecho creer que estamos en guerra?

La empatía es la gaza que cura la herida, es el espejo en el cual me reconozco, es la anfitriona de esta gran vecindad de la que todos formamos parte…

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