Anaconda…

La sociedad es como una serpiente que pierde su piel cada tanto, desechando todo lo viejo y arrastrando a los sujetos a experimentar distintas mutaciones. Cambios que son parte de un devenir inexorable. La sociedad no está sola, sino que cuenta con el apoyo de un señor que hoy ya casi nadie reconoce, un tipo aburrido que desde algún lugar del Olimpo se inventó a sí mismo para distraerse de a ratos y para agobiar a los hombres cuando éstos pretenden disputarle su holgazanería.

Pero hubo una vez un hombre que se plantó frente a una masa de trabajadores y les dijo: “Entender la libertad como un acto individual es una astucia del capitalismo, ya que a través de la competencia de personas libres termina generando mayor capital”. La última mutación fue la del capitalismo industrial transformado en Neoliberalismo. Ésta convirtió al trabajador en un emprendedor, y fue acabando con la vieja clase obrera. La lucha de clases pasó a desarrollarse dentro de nosotros, y nos convertimos en trabajadores que nos explotamos a nosotros mismos. A partir de entonces, es casi imposible distinguir la diferencia entre proletarios y burgueses. La soñada dictadura del proletariado se convirtió en la dictadura del capital que generó la autoexplotación sin clases.

Pero la astucia más grande según un filósofo surcoreano fue la de hacernos creer que el fracaso individual sea visto como un problema personal en lugar de ser responsabilidad del sistema. De un sistema que queda eximido de culpas y en donde cada uno de nosotros asumimos esas responsabilidades como propias. Desde entonces la agresión en lugar de dirigirse al sistema la dirigimos hacia nosotros. Dejamos de ser hombres revolucionarios para transformarnos en hombres depresivos.

La paradoja es que este nuevo hombre se cree libre cuando en realidad no es más que un esclavo de sí mismo. La libertad que antes era amenazada por la idea de una fuerza superior, hoy no es más que una ilusión sometida a la única religión que hace girar el mundo. Y entonces, esta fría e insatisfecha anaconda, se aprovecha de este fanatismo, para continuar avanzando y envenenando todo lo que toca…

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