Todas las mañanas son para ella…

Todas las mañanas son para ella, para ella los primeros instantes, los silencios, y las horas; para ella que tiene una sutil forma de atraparme, para ella que tiene la capacidad de no hacerme sentir atrapado; para ella que no es responsable de nada y que sin embargo es vital para seguir adelante.

Te prometo dejarme llevar sin perder la paciencia; te prometo ser fiel y no enredarte con banalidades, te prometo no aprovecharme de tu infinita generosidad, ni hacer de ella un mero ejercicio para alimentar mi ego. Te prometo cuidarte y tomar nuestra relación como un espacio abierto, en el que la autenticidad esté por encima de cualquier compromiso.

Eso es todo lo que puedo darte, eso es todo lo que tengo para ofrecerte. Yo sé que tal vez puede sonar a poco, yo sé también que tú eres mucho más de lo que merezco. Pero el tiempo que estemos juntos seré todo lo que me pidas, seré tu esclavo, tu amante, tu protector, tu consejero. Pondré cara de payaso o jugaré a ser un saltimbanqui; recitaré versos de amor, o haré un pacto de sangre al ponerse la luna.

Todas las mañanas son para ella, para ella que supo crear el espacio, para ella que estuvo conmigo en los momentos más difíciles; para ella que no se rindió nunca y que apenas me pide un poco de atención, para ella que me ama tanto que siempre se marcha antes de morir la tarde.

Todas las mañanas son para ella, para ella las odas, las loas y los cantos, para ella la euforia y el pesar más profundo; para ella que desde que la conocí no deja de avivar mi curiosidad, para ella que desde que estamos juntos, no hace más que hacerme saber que está conmigo para quedarse…

Un comentario en «Todas las mañanas son para ella…»

Responder a Ángel Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *